Toda la comarca de Terra Chá posee numerosos restos arqueológicos de la cultura castrexa. Esta cultura, que surgió con la controvertida llegada de los celtas y su fusión con la población autóctona dio lugar a la fusión de raíces y creencias. En lo que se refiere a la religión, se sabe que adoraban a dioses de la naturaleza y de la guerra, hacían sacrificios y practicaban las artes adivinatorias. Todo lo dicho anteriormente viene a colación porque en una tierra con numerosos legados legendarios es lógico, que la literatura de transmisión oral sea rica y prolija.
Hasta estas páginas llega una de las numerosas leyendas que circulan por el municipio, donde la protagonista es el agua: "Cuenta la leyenda que en Cospeito, al pie de la ladera de un pequeño monte, hay una laguna a la que llaman de "Valverde". Cuentan los más viejos del lugar, que en el sitio en que hoy día está la laguna hubo en tiempos pretéritos un pueblo llamado Valverde, al que un día arribó un pobre pidiendo limosna. Como nadie tuvo lástima de él, el pobre, se dirigió a una humilde vivienda que había en la Feria do Monte, donde lo recibieron de buen grado. Aunque los anfitriones eran humildes y apenas tenían para comer, sacrificaron el único animal que poseían para darle alimento. Tras la cena, el pobre ordenó que echasen los huesos grandes en una cuadra y los pequeños en otra. A la mañana siguiente el pobre dijo al dueño de la casa: "Tan cierto es que tienes becerros y vacas como que la villa de Valverde ha sido inundada por las aguas". Tras decir aquello, el pobre desapareció. Hay quien dice que durante las sequías estivales aún se pueden ver restos de alguna vivienda y la torre de la iglesia, de la que todavía se escuchan las campanas repicar".
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